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 Disfruta contemplando a Cristo

"Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados…" 2 Corintios 3:18

 

Tengo un amigo que parece ser mejor que yo en todo. Es más inteligente, reflexiona con mayor discernimiento y sabe dónde encontrar mejores libros para leer. Incluso, corre mejor en la pista.

 

Pasar tiempo con él me desafía a convertirme en una persona mejor y más reflexiva. Su patrón de la excelencia me incentiva a cosas más importantes.


Esto enfatiza un principio espiritual: es crucial que dediquemos tiempo a la Palabra de Dios para poder vincularnos con la persona de Cristo.

 

Leer sobre su amor incondicional nos impulsa a amar sin demandas. Su misericordia y la gracia abundante que derrama sobre los más indignos hacen que me avergüence de mi tendencia a no perdonar y a buscar venganza.                    

Descubro que mi gratitud aumenta cuando me doy cuenta de que, a pesar de mi pecado, el Señor me ha vestido con la hermosura de su justicia perfecta. Sus caminos asombrosos y su sabiduría sin igual me motivan y transforman.

 

Es difícil estar satisfecho con mi vida tal como es cuando, en su presencia, soy impulsado a parecerme más a Él.

 

El apóstol Pablo nos invita a disfrutar contemplando a Cristo. Al hacerlo, "somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen" 2 Corintios 3:18.

 

Dios les bendiga rica y soberanamente un abrazo. 

 

Por: Ever Robles, tomado de Nuestro Pan Diario. Nuestro Pan Diario, 2016.

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